En los últimos meses, la ciberseguridad ha cobrado una importancia significativa en Bolivia, impulsada por el crecimiento de la conectividad digital y la necesidad imperiosa de proteger datos y sistemas de las crecientes amenazas y ataques cibernéticos. El país ha experimentado un avance notable en su infraestructura digital, con un incremento en el acceso a Internet y la adopción de tecnologías digitales en diversos sectores.
A medida que Bolivia avanza en su desarrollo digital, las amenazas cibernéticas también han proliferado. Entre estas amenazas se incluyen malware, ransomware, phishing, ataques de denegación de servicio (DDoS), suplantación de identidad y vulnerabilidades en aplicaciones y sistemas.
En los últimos seis meses, una organización en Bolivia ha sido atacada en promedio 1,417 veces por semana, en comparación con 528 ataques por organización a nivel global. El malware más prevalente en Bolivia es XMRig, afectando al 21% de las organizaciones. Además, el 80% de los archivos maliciosos en el país se distribuyen a través del correo electrónico, frente al 56% a nivel mundial.
El gobierno boliviano ha mostrado cierto rezago en la adopción de medidas efectivas para enfrentar los desafíos de la ciberseguridad. En contraste, sectores privados han tomado la iniciativa para reforzar la protección de sus infraestructuras críticas. Es esencial que el gobierno boliviano fortalezca la legislación contra delitos cibernéticos para abordar estos desafíos de manera integral.
La importancia de la ciberseguridad en Bolivia sigue en aumento, demandando una respuesta activa del gobierno para desarrollar estrategias que penalicen a los cibercriminales. Además, es vital que los sectores empresariales y la sociedad civil se enfoquen en salvaguardar sus sistemas e información contra las amenazas cibernéticas. La asesoría de expertos en ciberseguridad es altamente recomendable para evitar interrupciones en la continuidad de los negocios.
Actualmente, Bolivia ocupa el puesto 140 en preparación para la ciberseguridad, siendo el país menos preparado en América Latina. Además, no se ha establecido una estrategia o política oficial de seguridad cibernética y carece de legislación específica sobre delitos informáticos.
Bolivia enfrenta numerosos desafíos en términos de legislación, capacidad de respuesta a amenazas cibernéticas, conciencia sobre la seguridad cibernética y recursos técnicos. Estos desafíos se reflejan en el incremento del cibercrimen debido a la ausencia de muchos de estos factores. Sin embargo, existen oportunidades significativas para mejorar la ciberseguridad mediante la inversión en formación, tecnología y consultoría de empresas especializadas, que cuentan con la experiencia necesaria para implementar soluciones efectivas.
